DOI:10.18634/sophiaj.14v.1i.490
Medición de capital social en la educación superior una alternativa frente a la disyuntiva del desarrollo
Measurement of social capital in higher education an alternative to the dilemma of development
Medição do capital social no ensino superior uma alternativa ao dilema do desenvolvimento
Manuel Fernando Cabrera Jiménez*
Luz Stella García Monsalve**
*Profesional en Relaciones Internacionales, magister en Docencia, candidato a doctor en Estudios Políticos. Docente investigador Universidad ECCI. Correo: mcabreraj@ecci.edu.co
**Ingeniera de Sistemas, especialista en Auditoría de Sistemas, magister en Ciencias de la Información y las Comunicaciones. Docente investigadora de la Universidad ECCI. Correo: lgarciam@ecci.edu.co
Recibido: abril de 2016, revisado: julio de 2016, aceptado: noviembre de 2017
Resumen
La comunicación oral o habla representa para cualquier ser humano su modo esencial (no único) de interacción sociocultural. Con la instauración de la oralidad en el proceso judicial colombiano se hace necesario que los profesionales en derecho, mejoren sus competencias comunicativas orales. El objetivo de esta investigación fue identificar las características del proceso del habla en los aspectos de voz, dicción, fluidez y prosodia de los estudiantes investigadores del Programa de Derecho de la Universidad Santiago de Cali. Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, seleccionando una muestra no probabilística de 38 personas. Se realizó análisis univariado y bivariado. Se evidenció que a pesar de que el habla que presenta la población de estudio es funcional para algunos contextos cotidianos, se encontraron dificultades de habla como, disfluencia en un 63.16% y en más del 50% de la población disprosodia, entre otros. Esto influye sobre la dinámica discursiva de la Oralidad Procesal, que es la herramienta esencial de la tarea jurisdiccional de los profesionales en derecho.
Palabras clave: Comunicación, habla, voz, trastornos de la voz, abogado, desorden de la fluidez
Abstract
Oral communication or speech represents for any human being its essential (not unique) mode of socio-cultural interaction. With the establishment of orality in the Colombian judicial process, it is necessary for professionals in law to improve their oral communicative skills. The objective of this research was to identify the characteristics of the speech process in the aspects of voice, diction, fluency and prosody of the student-researchers in the Law Program of the Santiago de Cali University. A cross-sectional descriptive study was carried out, selecting a non-probabilistic sample of 38 people. Univariate and bivariate analysis were performed. It was evidenced that although the speech present in the study population was functional for some everyday contexts, there were found speech difficulties, such as disfluency in 63.16% of cases, and dysprosody in over 50% of the population, among other findings. This influences the discursive dynamics of procedural orality, which is an essential tool for the jurisdictional task of professionals in law.
Key words: Speech, diction, voice, fluency, prosody, procedural orality.
Resumo
A comunicação oral ou discurso representa qualquer ser humano, o seu modo (e não só) sócio interacção essencial. Com a introdução da oralidade no processo judicial colombiano é necessário para os profissionais da lei, melhorar suas habilidades de comunicação oral. O objetivo desta pesquisa foi identificar as características do processo de fala nas áreas de voz, dicção, fluência e prosódia de estudantes pesquisadores Programa de Lei de Santiago de Cali Universidade. Um estudo descritivo da secção transversal foi realizada, selecção de uma amostra não aleatória de 38 pessoas. Foi realizada análise univariada e bivariada. Era evidente que, embora apresentando discurso a população do estudo é funcional para algumas situações do quotidiano, como a fala arrastada, gaguez em 63,16% e mais de 50% da população dysprosody, entre outros encontrado. Isso influencia a dinâmica discursivas do processo oral, que é a ferramenta essencial da tarefa jurisdicional de profissionais da área jurídica.
Palavras-chave: Comunicação, fala, voz, distúrbios da voz, advogado, distúrbio de fluência
Introducción
Para efectos del presente artículo, relevante en el marco de las ciencias sociales, se abordó el capital social comunitario como campo de estudio que aporta al desarrollo como valor intangible que trasforma sociedades a partir de potencializar la cohesión y asociatividad, basados en la confianza y el reconocimiento de las normas. El capital social cobra sentido a partir de la convergencia de políticas públicas con acciones colectivas de la sociedad civil caracterizadas por valores como: solidaridad, tolerancia, reciprocidad y respeto. Siguiendo a Bourdieu (2000), se puede afirmar que, a lo largo del siglo XX, se ha demostrado que el capital social es un medio que transforma sociedades y moldea las posibilidades de desarrollo en cada entorno, ya que se asume como un capital incidente frente a la dinámica, generación y el fortalecimiento de relaciones que conllevan a la construcción de redes basadas en intereses colectivos con un alto impacto en la comunidad (Pircalabelu, Claeskens, 2016).
La investigación surgió a partir de la siguiente pregunta: ¿En qué nivel el stock de capital social de la comunidad académica de la institución existente potencializa relaciones significativas?
El proyecto realizado en la Universidad ECCI-Colombia, sede Bogotá, identificó como contexto de estudio la interacción de la comunidad académica durante el primer período de 2015; se tomó como actor central a los estudiantes, con el propósito de hacer un diagnóstico que posibilitara el planteamiento de estrategias de fortalecimiento del capital social. Se partió de la hipótesis que el stock de capital social existente en la institución tendía a ser muy bajo, guardando relación con tendencias observadas en el contexto local, lo cual no era muy diferente de la realidad nacional; se trabajaron principalmente dos dimensiones: CS Estructural y CS Cognitivo, siguiendo la clasificación planteada por el Banco Mundial, así como otras investigaciones realizadas y que tienen relación con la importancia del capital social en el liderazgo en las organizaciones (Tayyaba, Shen, Syed, Muhammad, Muhammad, 2016), (Ávalo, Yagüe, Cangahuala, 2016).
Bajo esta perspectiva y en coherencia con el sentido humanístico de la Universidad ECCI, y los principios de pertinencia, equidad, calidad, eficiencia y trasparencia evidenciados en la misión institucional, se justificó el proyecto para realizar un diagnóstico que caracterizara y cuantificara el cúmulo de capital social de la institución, para que posteriormente sirva de base en la construcción y ejecución de políticas y proyectos tendientes a solucionar problemas de nuestra población, a partir del fomento de la asociatividad, el fortalecimiento del valor de lo cívico y el incremento de la confianza, como activo social visible de la institución.
Referentes teóricos
Los orígenes del capital social datan del año 1916 donde el profesor norteamericano Lyda Hanifan realizó estudios en las escuelas del Estado de Virginia Occidental (USA) y enfatizó su investigación en el comportamiento del desarrollo de la vida familiar y comunitaria reconociendo la relación de incidencia en el crecimiento de problemas económicos y comunitarios. La región se encontraba empobrecida y estos estudios permitieron identificar los bajos niveles de confianza y la desmotivación de las personas por participar en la vida cívica de la comunidad, factor condicionante del desarrollo en un entorno específico.
En la década de los años sesenta comenzó a cobrar visibilidad con los trabajos de Jane Jacobs (1962), quien identificó que en el contexto de ciudad surge la construcción de redes urbanas vecinales que se constituyen como una forma de capital social. Estos resultados se presentaron después de identificar que las consecuencias del desarrollo urbanístico de las grandes ciudades en Estados Unidos se reflejaban en la perdida de vida cívica y cercanía entre vecinos e igualmente percibía un incremento en la violencia y delincuencia urbana.
En la década de los años ochenta, el concepto gana popularidad, por estar relacionado con la economía, esto como resultado de los grandes aportes que hacen autores como Elinor Ostrom con base en su trabajo sobre la Nueva Economía Institucional (NEI) quien junto con Ronald Coase y Douglass North, abordan el estudio de costes de las transacción y la importancia de las instituciones, sus reglas y mediaciones proponiendo un nuevo institucionalismo que permite abordar los fenómenos económicos articulados con sus efectos en la sociedad y no aislado de ellos.
A partir de los años noventa con los trabajos de James Coleman y Pierre Bourdieu se comienza a generar literatura en el campo propio del capital social, ya en la década de los años noventa Robert Putnam y Francis Fukuyama, posicionan el concepto en esferas académicas e intelectuales que permiten su reconocimiento global.
Finalmente, Robert Putnam (2003), plantea un concepto de capital social que surge de la identificación y la interrelación en una sociedad de la confianza, las normas y las redes, con las redes generadas entre actores gubernamentales y sociedad civil.
En países como Colombia se han adelantado tres mediciones de capital social, en 1997, 2005 y 2011 bajo la metodología del Banco Mundial (BM), estudios que han arrojado bajos niveles de confianza y reciprocidad en la sociedad, así como desmotivación por la participación y el cuidado de lo público a partir del fortalecimiento de la asociatividad comunitaria.
Estos estudios a nivel global, han identificado una relación positiva de incidencia directa entre capital social, educación y desarrollo a partir de hallazgos en países como: Finlandia, Japón y Noruega según OCDE (2003), que presentan altos niveles de educación y desarrollo económico, donde los ciudadanos tienden a participar activamente en la vida cívica de su comunidad, al igual que se interesan en establecer redes colaborativas para el logro de beneficios a diferencia de países latinoamericanos.
La educación contribuye a consolidar nexos de solidaridad, cooperación, respeto por las normas cívicas y desempeña un papel primordial en la generación del capital social (Aduna, García y Morales, 2011), (Chattopadhay, 2014). En la comunidad educativa, se genera interacción entre las personas, los valores, normas y experiencias que compartan sus miembros (Habitus) en términos de Bourdieu. Mientras más profundos y sólidos sean esos valores comunes, más fuerte será el sentido de la comunidad (Fukuyama, 2001), y a su vez esto conlleva a propiciar sociedades con alto grado de cohesión, que se ofrecen apoyo moral mutuo, de tal manera que los individuos comparten la energía y el apoyo colectivos una vez que los propios se han agotado (Kawachi y Berkman, 2000).
Materiales y métodos
La estructura metodológica propuesta responde a cuatro fases denominadas: diseño de la investigación, selección de muestra, aplicación de instrumento y resultados, proponiendo una investigación descriptiva con enfoque cuantitativo lo que permite crear nuevo conocimiento a partir de la identificación de una tensión investigativa delimitada.
El diseño surge a partir de determinar el tipo de investigación, se determinó como grupo objetivo a los estudiantes de la Universidad ECCI como la población de estudio, restringida a los estudiantes matriculados desde tercer semestre en adelante debido al contexto del proyecto. Se realizaron encuestas y con el fin de representar correctamente la población se utilizó la teoría de muestreo probabilístico para extraer una muestra adecuada. Se hicieron pruebas piloto para evaluar el cuestionario y el diseño muestral, finalmente el tamaño de la muestra fue de 355 estudiantes.
El trabajo de campo permitió la aplicación de la encuesta en dos etapas; la primera, la compone el análisis de correspondencias múltiples (Monroy, 2012), un análisis descriptivo multivariado para observar la existencia de asociación en cierta información que caracterice de manera correcta la población. En una segunda etapa se especificaron preguntas que fueron analizadas por intermedio de graficas porcentuales.
Todo esto con el fin de determinar de qué manera los estudiantes percibían la generación de capital social en el entorno de la comunidad académica y así identificar fortalezas que puedan afectar positivamente la cohesión de la comunidad, además, determinar falencias y aplicar algún tipo de intervención; todo esto con miras a mejorar siempre como universidad generadora de bienestar colectivo.
Resultados
En el marco del capital social, se ha demostrado que la confianza es la base fundamental en las relaciones interpersonales. Según el gráfico 1, los estudiantes evidencian y reconocen que la confianza es un insumo importante para establecer relaciones beneficiosas para ellos. Además de esta premisa, existen otros factores que necesitan ser implementados para que los estudiantes puedan sacar un mejor provecho de la universidad como ente generador de conocimiento y desarrollo personal y social, estos pueden ser estrategias de comunicación asertiva, a nivel vertical, fomento al trabajo en equipo, reciprocidad y fortalecimiento de pertenencia.
Gráfico 1. ¿Qué nivel de importancia tiene la confianza como base en las relaciones sociales?
Fuente: los autores
De acuerdo con la tabla 1, se observa que los estudiantes manifiestan un fomento de valores constante por parte de la institución.
Tabla 1. Cifras de fomento de valores en la Universidad
Fuente: los autores
El gráfico 2 que se basa en la tabla 1, pone en evidencia la relación entre las categorías de las respuestas; estudiantes que consideran que existe gran fomento de la tolerancia en la universidad. Además, se observa que el fomento de valores es alto para los demás aspectos; lo que puede ser un indicio del nivel de integración de los estudiantes con la universidad, es decir, si este solo asiste a clases y no le importa relacionarse de otra manera con la universidad, se puede presumir que no va a estar enterado de eventos u otros programas académicos o de bienestar que le ofrezcan y eso pudo influenciar su respuesta en la encuesta, lo que sería un elemento no informado. Por lo tanto, se presenta una relación "obvia", entre más informado el estudiante, mejor percepción tendrá sobre el fomento de valores en la institución.
Gráfico 2. Fomento de valores en la Universidad
Fuente: los autores
En la tabla 2 y gráfico 3 se puede apreciar que existen tres grupos de estudiantes, tipificados por las categorías "Alto", "Medio", "Bajo", es decir, las características propias de cada estudiante pesan mucho al momento de analizar la confianza que perciben de los actores principales a los cuales están expuestos, por ejemplo, una persona que no confíe en sus amigos más cercanos, tampoco tendrá confianza en sus compañeros y docentes, pero por el contrario una persona que confíe plenamente en sus amigos, tenderá a confiar en sus compañeros y docentes.
Gráfico 3. Confianza en los estudiantes
Fuente: los autores
Tabla 2. El factor confianza en los estudiantes
Fuente: los autores
Sin embargo, en el gráfico 4 se observa que el panorama no es tan optimista, pues solo un poco más del 50% de los estudiantes confían de gran manera en sus amigos más cercanos, y algo más llamativo, es que contrario a pensar que dadas las características y similitudes (edad, carrera, etc.) que presentan estudiantes con otros, el siguiente actor que más confianza genera en los estudiantes, no son sus compañeros de clase y/o universidad, sino, precisamente los docentes; esto puede ser explicado, por la figura de respeto que estos infunden en sus alumnos.
Gráfico 4. Oportunidades para incentivar el trabajo asociativo
Fuente: los autores
Es evidente el desconocimiento por parte del estudiantado de las oportunidades que brinda la universidad para hacer parte de grupos que incentiven el trabajo asociativo; pero el problema no radica en la falta de existencia de estos programas, sino en la eficacia y funcionamiento de los canales de comunicación dentro de la institución, pues hay más estudiantes que no saben sobre la existencia de oportunidades para asociarse, que estudiantes que piensan que esas oportunidades no funcionan. Si bien el gráfico no muestra una tendencia "negativa", la universidad como institución generadora de conocimiento y bienestar social, tiene como requisito informar y velar porque los estudiantes identifiquen estas oportunidades.
En el gráfico 5 se observa que los estudiantes no perciben alianzas con redes internas y externas, es decir, los estudiantes no evidencian que pueden crear relaciones asociativas con otras instituciones nacionales e internacionales que incentiven su desarrollo propio y común; las posibles razones pueden estar asociadas a que falte incorporar más la formación investigativa e internacionalización en el currículo.
Gráfico 5. ¿En qué grado identifica redes internas y externas en su universidad?
Fuente: los autores
Contrario a lo anterior, el gráfico 6 muestra que existe percepción por parte de los estudiantes en cuanto a los esfuerzos que hace la comunidad académica para hacer parte de redes asociativas.
Gráfico 6. ¿Cuán dispuesta está la comunidad académica para hacer parte de las redes asociativas?
Fuente: los autores
Según el gráfico 7 hay una tendencia de parte de los estudiantes a opinar que los canales de información en general en la institución son eficientes.
Gráfica 7. ¿En qué nivel son efectivos los canales de comunicación en la Universidad?
Fuente: los autores
Discusión de resultados
El capital social como capital inmaterial, posibilita relaciones sociales formales que inciden en la creación de tejido social, a partir del fomento de creación de redes basados en reconocimiento de confianza, normatividad y reciprocidad, valores sociales que dinamizan la asociatividad como medio de cohesión que privilegia el interés de la comunidad y potencializa mejores posibilidades de desarrollo y bienestar para la comunidad.
Los resultados obtenidos dan cuenta que el comportamiento de generación de capital social en la comunidad ECCI tiende a ser discreto, guardando coherencia con la tendencia nacional, estos resultados, pueden interpretarse a partir de su reconocimiento a la luz del marco teórico construido en relación con el capital social, el cual identifica componentes que permiten establecer relaciones asociativas comunitarias que según Bourdieu y Coleman, inciden en la estructura social, y permiten visibilizar las necesidades de la sociedad y abordarlas desde el fortalecimiento de redes y el reconocimiento del entorno normativo.
Lo que se puede apreciar en términos generales, es que existe asociación entre las opciones de respuesta, es decir, los estudiantes que tienden a creer que la universidad fomenta de gran manera algún valor en específico (empoderamiento, trabajo en equipo, etc.), también creen que se fomenta paralelamente los valores restantes, dicho de otra manera, los estudiantes con percepciones bajas del fomento de liderazgo (como ejemplo) también tienen percepciones bajas en el fomento de los demás valores.
La primera generalidad que se presenta en el análisis realizado, es que las personas que no han experimentado sentido de exclusión, tampoco se han sentido aisladas por otros factores como su preferencia sexual, o su etnia, etc., esto podría mostrar que el estudiantado en términos generales, no presentan grandes inconvenientes en estos aspectos que inciden en la pertenencia e identidad del conglomerado. Sin embargo, es necesario poner un poco más de atención a los estudiantes que sí han presentado inconvenientes en este aspecto, podemos observar que las opciones respuesta con mayor tipificación con la mayor aglomeración de sujetos, son la condición socioeconómica-media y la religión media, es decir, que las situaciones más comunes de exclusión a la que los estudiantes han sido sometidos en algún momento de su vida son su situación socio-económica, lo más probable es por falta de recursos, y la libertad de culto.
Para las otras situaciones los porcentajes no son muy altos, y las opciones de respuesta aparecen muy aisladas contra la principal aglomeración, esto no quiere decir que se tengan que dejar a un lado, por el contrario, la institución universitaria presenta inconvenientes en el sentimiento de exclusión, lo que sucede es que nos encontramos en una comunidad académica, la caracterización de personas que comúnmente la componen distan en gran medida con las personas de la comunidad en general.
Finalmente, se puede observar que para respuestas de percepciones bajas tienden a ser escasas, en relación con la percepción del entorno, pues el estudiantado en general tiene una buena percepción sobre la institución, la cual podríamos calificar como media-alta.
Es posible afirmar, que la percepción de mejora que ha evidenciado la institución, es mayor en los estudiantes que se encuentran más cercanos a la misma, es decir, el estudiante que está bien informado sobre la universidad, conoce mejor los puntos fuertes y por eso cree que la institución va por buen camino. Por lo tanto, la imagen de la universidad hacia los estudiantes, depende enteramente de cuánto exponga su imagen favorablemente hacia su estudiantado, sin embargo, se requiere más fomento a la asociatividad y participación en redes.
El capital social comunitario se asume como fuente de crecimiento social que trasforma realidades, a partir de la articulación con otros recursos materiales que pueden llegar a incidir en el nivel de desarrollo de una población teniendo como base la esfera de la educación.
Conclusiones
El capital social es un factor incidente en el desarrollo de una comunidad, ya que afecta desde la educación la calidad de las redes generadas, así como las posibilidades de cohesión social, fomentando el reconocimiento de las normas y la identificación de valores sociales, los cuales se presentan con mayor incidencia en sociedades que reconocen el capital social, contrario a aquellos entornos que lo desconocen; en ese sentido, se puede afirmar que el capital social afecta positivamente el desarrollo.
En el contexto del estudio realizado en "Universidad ECCI" se observa que los estudiantes manifestaron un alto nivel de reconocimiento frente a los valores como la confianza, la tolerancia y reconocen que en la cotidianidad de la institución estos se fomentan y reconocen.
Con relación a la confianza, el comportamiento evidenciado demuestra que las personas tienden a confiar más en los individuos de su entorno; por lo general, los niveles de confianza son altos en círculos cercanos, en este sentido, una institución que fomente la confianza logrará transformar su entorno próximo, se generará una mejor aproximación a la construcción de capital social.
Una sociedad con mayor acceso a educación de calidad, genera mayores posibilidades de inclusión y movilidad social, en este sentido, el vínculo entre capital social y educación se convierte en una relación positiva, que abre diferentes posibilidades a la generación de alternativas al desarrollo, en una perspectiva holística, que no se limita al desarrollo económico, sino que involucra el desarrollo humano y social de la comunidad.
Es así que es posible afirmar que la relación existente entre educación de calidad y capital social es de reciprocidad e interdependencia, pues no se puede esperar que una sociedad tenga un buen stock de capital social acumulado, sino existe acceso a educación de calidad y a la vez, una sociedad con acceso a educación con calidad generará redes asociativas que potencializan capital social comunitario (redes), beneficioso para todos.
Finalmente, para potencializar el capital social desde la educación, se hace necesario que las instituciones de educación superior además de fomentar valores propios de un comportamiento social positivo, requieren crear las mediaciones para que toda la comunidad conozca las alternativas de integración que puedan surgir con el fin de generar beneficio individual y colectivo, evidenciado en redes; de esta forma se puede afirmar que una institución crea capital social con sentido colectivo que se asuma como fuente de transformación de la sociedad particular del entorno específico.
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